EL
PRINCIPE DESTERRADO
Amad era un príncipe muy presumido y arrogante,
Trataba mal a todo el mundo y no dejaba que nadie entrara en palacio sin
haberse limpiado los zapatos y sobre todo las manos le daba asco que la gente
le tocara y no soportaba a los habitantes de su reino. Desde que sus padres
habían dejado el reino todo había cambiado porque el padre de amil era todo
dulzura y amabilidad y su madre un ángel que ayudaba a todo el mundo pero amil
era muy prepotente y siempre estaba enfadado. Un dia salió a pasear por el
pueblo y todos se escondieron cuando le vieron no soportaban su mirada de
enfado y menos su tono prepotente y altivo con los habitantes del reino hasta
que su padre decidió darle un escarmiento. Le desterró durante todo un año a
una tierra lejana para que aprendiera que no todo en la vida es lujo y riquezas
y tenia que aprender a ser una persona normal sino nunca volvería al reino
hasta que no aprendiera. Amad comenzó a llorar desconsolado no paró de llorar
hasta que se quedo dormido en la arena del desierto donde había sido enviado
por su padre. Almil que pasaba por allí con su caballo le vio y le llevo debajo
de una palmera para que se resguardara del frio de la noche y le tapo con su
capa de terciopelo. Almil era hija de reyes como amad y al contario que él era
dulce y siempre estaba sonriendo. Dejo a amad dormido y subió a su caballo para
volver al palacio. Amad al día siguiente
se despertó pensando que era un sueño pero no lo era estaba en el desierto y
tapado con una capa que no era suya. No entendía como había llegado a aquella
palmera y sobre todo quien lo había dejado allí. Fue caminando para beber agua
y lavarse un poco la cara cuando la vio asomada a la ventana del palacio. Allí
estaba almil observándole desde la ventana pero este se escondió detrás de un
árbol para que almil no le viera. Ella bajo corriendo las escaleras para
recoger su capa y llevarle algo de comer pero amil no estaba allí se había ido.
Dejo la bandeja con el desayuno debajo del árbol cogió su capa y volvió a
palacio para seguir con los preparativos de la fiesta de su compromiso. Amad no
podía creer que alguien como ella se preocupara por él, no entendía que se
había enamorado de ella sin quererlo y ahora no podía hacer nada para evitar la
boda. Comió lo que ella le había dejado en la bandeja y volvió al lugar donde
había caído cuando fue desterrado por su padre, de pronto el corazón le empezó
a doler y como si fuera magia su sombra se salió de su cuerpo y la sonrisa y la
bondad empezaron a hacer un hueco en su vida. Amad por primera vez empezó a sonreír
, a ser amable con la gente y ayudar a los demás y todo gracias a Almil que le
observaba con una gran sonrisa. Pero amad no se atrevía ni a mirarla a la cara
le daba vergüenza acercarse y darle las gracias por todo lo que había hecho por
el pero no sabía cómo hablar con ella y menos después de verla vestida tan
bella para la fiesta de su compromiso con el emir del reino Mágico al cual
Almil no quería porque su corazón era de amad
no podía evitar quererle y sentir por el amor un amor que sabía que
nunca seria real y menos sabia que él sentía lo mismo por ella. Llego el día de
la boda y al mil no estaba feliz solo quería correr a los brazos de amad pero
no podía. Llego al salón del trono del brazo de su padre y su sorpresa fue que
el novio no era el emir era amad al que su padre había visto rondando por el
palacio y al preguntarle le había confesado sus sentimientos hacia su hija y
este feliz los bendijo y amad y almil fueron felices siempre y ahora amad no
era el príncipe desterrado era el príncipe feliz
Fin