martes, 28 de octubre de 2014

EL PRINCIPE DESTERRADO

EL PRINCIPE DESTERRADO


Amad era un príncipe muy presumido y arrogante, Trataba mal a todo el mundo y no dejaba que nadie entrara en palacio sin haberse limpiado los zapatos y sobre todo las manos le daba asco que la gente le tocara y no soportaba a los habitantes de su reino. Desde que sus padres habían dejado el reino todo había cambiado porque el padre de amil era todo dulzura y amabilidad y su madre un ángel que ayudaba a todo el mundo pero amil era muy prepotente y siempre estaba enfadado. Un dia salió a pasear por el pueblo y todos se escondieron cuando le vieron no soportaban su mirada de enfado y menos su tono prepotente y altivo con los habitantes del reino hasta que su padre decidió darle un escarmiento. Le desterró durante todo un año a una tierra lejana para que aprendiera que no todo en la vida es lujo y riquezas y tenia que aprender a ser una persona normal sino nunca volvería al reino hasta que no aprendiera. Amad comenzó a llorar desconsolado no paró de llorar hasta que se quedo dormido en la arena del desierto donde había sido enviado por su padre. Almil que pasaba por allí con su caballo le vio y le llevo debajo de una palmera para que se resguardara del frio de la noche y le tapo con su capa de terciopelo. Almil era hija de reyes como amad y al contario que él era dulce y siempre estaba sonriendo. Dejo a amad dormido y subió a su caballo para volver al palacio. Amad  al día siguiente se despertó pensando que era un sueño pero no lo era estaba en el desierto y tapado con una capa que no era suya. No entendía como había llegado a aquella palmera y sobre todo quien lo había dejado allí. Fue caminando para beber agua y lavarse un poco la cara cuando la vio asomada a la ventana del palacio. Allí estaba almil observándole desde la ventana pero este se escondió detrás de un árbol para que almil no le viera. Ella bajo corriendo las escaleras para recoger su capa y llevarle algo de comer pero amil no estaba allí se había ido. Dejo la bandeja con el desayuno debajo del árbol cogió su capa y volvió a palacio para seguir con los preparativos de la fiesta de su compromiso. Amad no podía creer que alguien como ella se preocupara por él, no entendía que se había enamorado de ella sin quererlo y ahora no podía hacer nada para evitar la boda. Comió lo que ella le había dejado en la bandeja y volvió al lugar donde había caído cuando fue desterrado por su padre, de pronto el corazón le empezó a doler y como si fuera magia su sombra se salió de su cuerpo y la sonrisa y la bondad empezaron a hacer un hueco en su vida. Amad por primera vez empezó a sonreír , a ser amable con la gente y ayudar a los demás y todo gracias a Almil que le observaba con una gran sonrisa. Pero amad no se atrevía ni a mirarla a la cara le daba vergüenza acercarse y darle las gracias por todo lo que había hecho por el pero no sabía cómo hablar con ella y menos después de verla vestida tan bella para la fiesta de su compromiso con el emir del reino Mágico al cual Almil no quería porque su corazón era de amad  no podía evitar quererle y sentir por el amor un amor que sabía que nunca seria real y menos sabia que él sentía lo mismo por ella. Llego el día de la boda y al mil no estaba feliz solo quería correr a los brazos de amad pero no podía. Llego al salón del trono del brazo de su padre y su sorpresa fue que el novio no era el emir era amad al que su padre había visto rondando por el palacio y al preguntarle le había confesado sus sentimientos hacia su hija y este feliz los bendijo y amad y almil fueron felices siempre y ahora amad no era el príncipe desterrado era el príncipe feliz

Fin 

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